I Encuentro de
Cátedras de Formación Docente
en carreras universitarias de Arte
Facultad de Arte. UNICEN. Tandil
Título
del trabajo:
El Profesorado de teatro de
Gualeguaychú,
¿formador de docentes o formador de actores-directores-docentes?
Eje
temático:
Tensiones
entre la formación pedagógica y la formación disciplinar en arte.
La convocatoria para participar en este I Encuentro de Cátedras de Formación
Docente fue una invitación a la reflexión y el análisis de una realidad muy
especial que vivo en el desarrollo de mi tarea docente en Gualeguaychú.
Soy actriz y desde la actuación me he
dedicado desde hace más de 25 años a la
docencia teatral, específicamente al entrenamiento corporal para la escena,
tanto en niveles iniciales como
avanzados en distintas instituciones públicas y privadas y en
universidades del país y del exterior.
Esta posibilidad de entrecruzar experiencia laboral en distintas partes me permite decir que justamente el universo que se presenta en Gualeguaychú es particular e interesante para la reflexión.
Esta posibilidad de entrecruzar experiencia laboral en distintas partes me permite decir que justamente el universo que se presenta en Gualeguaychú es particular e interesante para la reflexión.
Lo primero que me aparece como tal
reflexión es que la tarea pedagógica que llevo adelante en el Profesorado de es,
desde el comienzo, un espacio personal no sólo de trabajo sino de constante aprendizaje
para mi ser docente.
En
estos años me nutrí de experiencias muy valiosas tanto en el conocimiento de
una realidad social y cultural diferente a la de mi hábitat cotidiano como en
el hecho de verme estimulada a ampliar mis saberes y a seguir formándome para
continuar compartiendo mi experiencia en el aula.
Desde
el trabajo pedagógico se han ido estableciendo lazos no solo en la ciudad donde
funciona el profesorado sino también en otras ciudades, adonde a modo de
extensión de Cátedra he llevado mi labor como artista y tanto alumnos de la
carrera como actores de esos lugares han convivido en experiencias de talleres
y seminarios que plasmaron resultados en hechos concretos de clase, o en
espectáculos artísticos.
Esa convivencia dentro y fuera del aula,
son un importante aporte a la hora de reforzar la tarea conjunta entre docente-alumno
facilitando la formación a futuros formadores en arte bajo las premisas propias
del Teatro. La tarea no es sencilla siendo que en la naturaleza misma del arte
no existen condicionamientos ni reglas que
indiquen cuál es el camino a seguir; pero justamente aquellas premisas técnicas
que emanan de distintas disciplinas artísticas, son las que contienen el
trabajo docente, y en verdad otorgan un espacio de libertad en la creación.
Trasmitir estos conceptos, debatirlos y
transitarlos más allá de las horas estrictas de clase han sido en estos años
parte de un aprendizaje nuevo en mi carrera como docente.
Antes de entrar de lleno al tema que
quiero abordar y para darle marco a la exposición voy a comenzar transcribiendo
parte de la fundamentación que se detalla en el plan de estudios del
Profesorado en Teatro de la UADER y que servirán para comprender rápidamente el
proceso de creación de la carrera en el
año 2007.
Dice
el documento:
Algunos
antecedentes en el ámbito de la Formación Superior en Teatro
Con gran
fuerza y con verdadero éxito pedagógico, el Teatro ganó lugares en la educación
formal y no formal argentina. En el caso de la provincia de Entre Ríos en
muchos establecimientos educativos se dicta Teatro como espacio opcional, en
forma extracurricular. El seguimiento de esta actividad muestra que la demanda
es creciente y que, a su vez, choca con un ámbito educativo en el que existen
escasos profesores con la preparación y titulación docente específica.
De
esta lectura se pueden destacar dos recorridos producidos en la Provincia de
Entre Ríos: la Oficialización de la Red
Nacional de Profesores de Teatro (2001), con activa participación en la
Provincia, y la experiencia de enseñanza sistemática de Teatro desarrollada
durante 20 años por la Escuela Taller de
Teatro Tablas, en la ciudad de Gualeguaychú, que representa un
significativo antecedente para impulsar la concreción de este proyecto.
Es
preciso aclarar que, por su novedad, la inclusión del Teatro plantea una serie
de dificultades institucionales que se manifiestan especialmente en el plano
curricular y en la formación docente. Hasta el momento, en nuestro país la
investigación sistemática sobre el tema es insuficiente, situación que impide
un abordaje desde contextos cercanos y/o la instalación del tema como parte de
la agenda educativa para avanzar en el crecimiento, fortalecimiento y consolidación
del Teatro como contenido curricular. En consecuencia, desde la Red
Nacional de Profesores de Teatro (Drama-Tiza) se apoyan todas
aquellas acciones que favorezcan el intercambio de experiencias y de saberes
para avanzar en la clarificación y profundización de los contenidos y las
propuestas didácticas.
La Red Drama-Tiza es un proyecto que nace con la intención de dar
respuesta a estas necesidades. Su naturaleza se funda en la comunicación y la
promoción de interacciones con el medio fortaleciendo la presencia del Teatro
en las escuelas. En consonancia con la Red Nacional de Profesores de Teatro,
los objetivos de este proyecto de creación del Profesorado de Teatro son los
siguientes:
- Consolidar
canales de participación e intercambio entre profesores de Teatro.
- Impactar
en el campo de la política educativa, con la intención de propiciar la
implementación de la enseñanza del Teatro en diferentes ámbitos de
educación, formales y no formales.
- Desarrollar
cooperativamente conocimientos conceptuales y didácticos relacionados con
la enseñanza y el aprendizaje del Teatro.
- Colaborar
en la optimización del perfil de los docentes de Teatro.
- Desarrollar
acciones tendientes a la formación de recursos humanos de calidad
- Posibilitar
la enseñanza y el aprendizaje del Teatro en las escuelas se cumpla de
manera equitativa en todo el país
Otro antecedente
significativo está dado por la actividad del Grupo de Teatro Independiente Tablas que, desde su creación a
mediados de la década del ’80 en Gualeguaychú, tiene como objetivo primordial
trabajar en el teatro y promover, por su intermedio, la participación popular. Este Grupo realizó obras con fuerte
anclaje en la investigación histórica, permitiendo así la relación arte-ciencia.
También
es importante señalar que la oferta nacional existente para realizar estudios
de educación superior universitarios relacionados con lo teatral se sitúa en provincias como Buenos Aires, Córdoba,
Tucumán, Mendoza y Santa Fe, mientras que para estudios no universitarios se
encuentran varias instituciones distribuidas en diversas provincias del país.
A
partir de diferentes instancias promovidas por organismos oficiales desde el
año 2001, el principal objetivo se dirige a posibilitar una mayor organicidad y
eficiencia en la tarea de quienes, desde diferentes realidades y posibilidades,
trabajan en la ardua tarea de instalar definitivamente el Teatro como
disciplina en todas las escuelas argentinas.
Existen documentos
nacionales en los que se reconoce la necesidad de crear espacios de formación
de profesores de Teatro con la pretensión de titular en esta área de
conocimientos, entre la que se cuentan escasos egresados. Entonces, para
que el Teatro se instale con calidad en
el ámbito de la formación profesional docente es preciso avanzar en la
clarificación de las diferencias conceptuales y procedimentales existentes, con
la finalidad de utilizar el Teatro como recurso didáctico para enseñar otros
contenidos y enseñar Teatro en Educación artística. El objeto de conocimiento
“Teatro en la escuela”, está en construcción y la articulación entre Docencia,
Investigación y Extensión permitirá avanzar en esta dirección.
Un último antecedente que muestra el interés de la
región por la formación en este ámbito, se puede citar el 5º Encuentro Nacional
de Teatro, realizado en Gualeguaychú en 2005,
con docentes de teatro de todo el país, en donde una de sus conclusiones
puntualizó a la Formación Superior en Teatro como eje de
discusión ineludible.
(…) Finalmente y tomando en cuenta que en la Ley Federal de Educación
como en la Ley de Educación de la Provincia de Entre Ríos se incluye al teatro
como espacio curricular, la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales
(FHACS), por medio de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (UADER),
respondiendo a demandas y necesidades provenientes de ámbitos de la sociedad en
su conjunto, la cultura y los distintos niveles del sistema educativo, decide
implementar el Profesorado en Teatro como una instancia de educación superior.
(…) El profesorado de Teatro
comienza a gestarse desde lugares del hacer artístico, con una historia
construida en el ámbito local y regional. Con posterioridad, se comienza el
diseño de un Proyecto dentro de marcos jurídicos y pedagógicos requeridos por
la normativa, las políticas jurisdiccionales y el perfil de la UADER.
Hasta acá la transcripción de algunos conceptos que dieron fundamento a
la creación del Profesorado. Desde luego, se podría ampliar esta información
con la descripción de los objetivos específicos de la carrera, el perfil profesional,
los alcances del título, etc., pero me detengo en este punto que es en el que
quiero articular el eje temático que me interesa abordar, ya que fui parte de
los docentes que elaboramos los contenidos mínimos de los programas de las
materias que forman el AREA ESCÉNICA
de la carrera.
Ese proceso de trabajo no fue sencillo porque si bien quienes formábamos
parte del equipo éramos docentes con vasta experiencia profesional ya sea en el
ámbito pedagógico como artístico, nuestra formación académica era, en líneas
generales, en niveles terciarios.
De todas las discusiones que se fueron dando quiero hacer pie en una en
particular que es la que da origen a esta exposición.
En el análisis que estábamos haciendo de cómo encarar la formación del
profesor de teatro desde una sólida base de capacitación en lo pedagógico;
vimos que era importantes hacer hincapié en que el alumno al tiempo que conociera
lo específico de la pedagogía teatral; tuviera una experiencia de clase en los
dos primeros años de su formación, como “hacedor” del teatro en diversos roles,
principalmente en el de ACTOR.
Consideramos que encarando el dictado de las materias desde una mirada más artística que pedagógica es decir ofreciendo un panorama general en la formación del alumno como actor, éste iba a poder hacer un tránsito personal confrontándose con la esencia de la creación artística. De esta manera le dábamos la posibilidad de “comprender” desde la vivencia personal ciertas cuestiones que son muy específicas de los procesos creativos y que sin ese tránsito la bajada a futuros alumnos no sería fácil de llevar a cabo.
Consideramos que encarando el dictado de las materias desde una mirada más artística que pedagógica es decir ofreciendo un panorama general en la formación del alumno como actor, éste iba a poder hacer un tránsito personal confrontándose con la esencia de la creación artística. De esta manera le dábamos la posibilidad de “comprender” desde la vivencia personal ciertas cuestiones que son muy específicas de los procesos creativos y que sin ese tránsito la bajada a futuros alumnos no sería fácil de llevar a cabo.
Definida esta idea principal, basada en pensar al alumno como generador e
investigador de sus posibilidades creativas, las materias ACTUACIÓN, TÉCNICA CORPORAL Y TECNICA VOCAL serían la base que la
sustentaría.
Una vez concluida la etapa de elaboración de plan de estudios, contenidos
mínimos, programas de las materias y todas las instancias legales que darían
por fin inicio al profesorado; nos encontramos con que la primera promoción que
se inscribió con una gran predisposición, eran en su mayoría, los “teatreros”
de varias ciudades de la provincia que se acercaban con el afán de “darle un
título” a la formación realizada durante muchos años en ámbitos privados, talleres,
seminarios, o simplemente la práctica docente y artística generada desde la
necesidad de cubrir esos espacios en sus pueblos.
A partir de aquí voy a hacer referencia específica a lo que fue
sucediendo en relación a la materia que dicto que es TÉCNICAS CORPORALES I, aclarando que esta es una de las primeras
materias que los alumnos deben cursar, de manera anual y que continúa con las
correlativas TÉCNICAS CORPORALES II y
III.
El perfil de estos ingresantes me llevó a articular esta idea primaria
donde la formación estaba focalizada en insertar al alumno en el quehacer
teatral, con los “saberes” que traían estos inscriptos y que en muchos casos, aunque
parezca increíble; generaban ciertas resistencias en el aprendizaje de aquello
que sistematizaría sus conocimientos.
Dada la exigencia
horaria de cursada del profesorado, que se hacía difícil para muchos que
viajaban de ciudades lejanas, hubo que implementar, un sistema de clase
opcional donde se les diera la posibilidad a algunos de estos alumnos de acreditar
la materia en una especie de equivalencia con
cursada presencial.
Con el correr de los años, (no muchos por cierto ya que la carrera es muy
nueva), el perfil del ingresante fue cambiando porque en cierto sentido se
fueron “agotando” los artistas de la provincia. Asimismo se profundizó la
difusión en el nivel medio y se hizo más hincapié en el costado laboral que
tiene el profesorado. Esto generó el acercamiento de jóvenes que en su mayoría
no habían ido ni “una” vez al teatro y, en oposición, gente mucho más grande, (algunos
docentes de vasta experiencia en aula con niños), que se acercaban para ver
cumplido un deseo postergado en su juventud.
Este nuevo perfil de alumnos me posibilitó volver a la idea primaria. Y
es aquí donde quería llegar en relación a la tensión que se genera entre la formación pedagógica y la formación
disciplinar en arte.
En mi experiencia docente en otros ámbitos institucionales, en especial
el IUNA, donde el alumno asiste a
carreras de formación actoral (no pedagógica) ya se les hace difícil comprender
la importancia de un entrenamiento corporal sistematizado, profundo y que
proporcione una buena convivencia del propio cuerpo físico y sonoro con el
cuerpo expresivo. Parece contradictorio porque el alumno sabe que en las
últimas décadas diversas técnicas de actuación apoyan su metodología en el
trabajo corporal intenso, pero esto no es indicador de una conciencia plena de
la importancia del entrenamiento específico para la actuación del instrumento
“cuerpo”.
En la tarea aúlica en el Profesorado de Gualeguaychú se suma que el
objetivo que los alumnos en su mayoría manifiestan al inscribirse es el ser “solo”
docentes, creyendo que a esa instancia se llega desde un plano más teórico que
vivencial y es ahí donde hace agua la conciencia de un entrenamiento corporal
específico, prolongado, cotidiano e intenso.
Este es otro de los puntos donde detecto una fuerte tensión entre estos
dos aspectos que se ponen de manifiesto en el desarrollo de las clases.
Hacer tomar conciencia a los alumnos que la formación del docente de arte implica una importante decisión previa de confrontarse con la esencia que ese arte propone (que en el caso del teatro es la indagación y exploración del universo sensible del actor, principal artífice del teatro), es una ardua tarea; y esto no es novedad.
Hacer tomar conciencia a los alumnos que la formación del docente de arte implica una importante decisión previa de confrontarse con la esencia que ese arte propone (que en el caso del teatro es la indagación y exploración del universo sensible del actor, principal artífice del teatro), es una ardua tarea; y esto no es novedad.
La
dificultad se hace más compleja de llevar adelante con aquellos que nunca han
asistido a una representación teatral; por lo tanto el modelo al que responden
para encarar su formación profesional es en
líneas generales el que baja de la televisión, donde en cierto sentido
se banaliza la formación actoral.
La respuesta
inmediata de quienes tienen esta mirada en relación a la formación son bloqueos
físicos que impiden el abordaje a una interioridad que los nutra de elementos
sensibles, y en muchos casos se amparan en darle más importancia a su formación
pedagógica teórica, que a la práctica escénica.
Pero, bien en contrapartida están aquellos alumnos que se entregan de
lleno a la investigación actoral y descubren a partir de la creación como
actores su necesidad de formarse como tales reclamando más materias específicas
que abonen a esa formación y a quienes hay que hacerles entender que la
formación actoral está dada en otras instituciones creadas para tal fin.
Este apasionante universo estudiantil me ha confrontado a día a día y año
tras con la necesidad de elaborar diversas
estrategias metodológicas que
utilizo para que el alumno haga un camino que fluya desde su interioridad y su
desarrollo y conocimiento técnico del propio cuerpo físico al expresivo, y que
pueda cotejar que sin realizar esa experiencia previa no es posible una
pedagogía del arte.
Para esto aquella idea primera que elaboráramos con los docentes en la
época de creación del profesorado, se vio en estos años enriquecida por la
necesidad de incluir, aún en el primer año de la materia, experiencias docentes
dentro del aula donde el alumno prepara una clase de entrenamiento para darle a
sus compañeros de cursada quienes discuten y evalúan el dictado de la misma. De
esta forma la tensión que se genera durante la primera parte del dictado de la
materia se ve encauzada en la creatividad del alumno, devenido profesor por una
clase. Pensar la clase y llevarla a cabo los ayuda a terminar de entender cuán
importante es el tránsito personal por los contenidos abordados en clase. Pueden
analizar y desgranar las conductas de sus compañeros tanto en el rol docente
como cuando mantienen su condición de alumno; y en líneas generales se agudiza
la mirada y la exigencia, en muchos casos más que la mía, cosa que me genera
satisfacción y me propone ubicarme en un rol de observadora y colaboradora más
abarcador y concreto.
Cabe destacar que algunos docentes del profesorado no vivimos en la
ciudad de Gauleguaychú como es mi caso, por lo que el dictado de las clases lo
hago en forma quincenal uniendo en una sola jornada 4 (cuatro) horas de trabajo
que suman las 2 (dos) horas semanales curriculares. Esto es un aporte positivo
para el día de clase ya que en 4 horas se puede hacer un muy buen proceso de
trabajo; pero es un aporte negativo ya abona a aquello que antes hacía mención
en relación a la conciencia del entrenamiento sostenido. Esta situación particular
va poniendo de manifiesto los intereses individuales de los alumnos y hay
quienes utilizan de manera muy favorable la situación dada por las clases
quincenales y hay quienes no pueden organizarse en ese lapso de tiempo para la
tarea que se les solicita. Estos puntos son considerados a la hora de evaluar
tanto los proyectos de clase que cada alumno da en el marco de la cursada como
así también su entrenamiento personal; de manera de poder hacer que se
destraben las tensiones que antes mencioné.
Ahora bien haciendo toda esta descripción en cierto sentido histórico-personal
de cómo va constituyéndose la población estudiantil del profesorado; y de cómo
el docente debe estar alerta y ser también creativo en la planificación de las clases, me lleva a
reconocer que parte de las tensiones que se generan entre la formación pedagógica
y la formación específica teatral tiene que ver con que en el diseño del plan
de estudios se hace hincapié en que el alumno será formado como docente para
trabajar sobre todo en el ámbito de educación formal, no dejando de lado, pero
si poniendo en un plano diferente, a la formación de un docente que pueda
formar actores.
Este es un punto central de la tensión que se genera cuando los alumnos
van descubriendo la actividad teatral en todo su esplendor.
En estos años la creación del profesorado en Gualeguaychú generó el
nacimiento de nuevos grupos de teatro que formados por los jóvenes estudiantes
no sólo producen teatro sino que también son impulsores de otros espacios de
formación teatral.
En marzo de este año el profesorado tuvo su primer y hasta ahora único
egresado; pero otros alumnos avanzados en la carrera han abierto salas de
teatro no convencionales y han empezado a gestar canales de intercambio con
grupos teatrales de otras provincias.
Esto último que menciono reafirma mi visión de que la pedagogía es
dinámica, activa y cambiante, sobre todo en lo que al arte se refiere; ya que debemos
estar alertas frente a las demandas que surgen en torno a la formación docente
a partir de justamente lo cambiante de las generaciones de ingresantes al profesorado
y a la necesidad de estos de manifestarse a través del teatro y no sólo de la
docencia en el contexto de una materia incluida en la curricula de plan de
estudios de nivel primario o medio.
Nuestro profesorado deja sentadas las bases para que el egresado pueda
·
Capitalizar los aportes de las principales corrientes y
propuestas vinculadas al Teatro, sus manifestaciones y metodologías, producidas
en los ámbitos provincial y nacional.
·
Identificar las principales problemáticas y desafíos de la
Enseñanza de Teatro, en los diferentes niveles, modalidades, ámbitos y
regímenes del Sistema Educativo, generando alternativas innovadoras en los
contextos en que desempeñe la labor.
·
Interpretar con adecuado nivel técnico y expresivo distintas
producciones teatrales.
·
Analizar críticamente los resultados de las investigaciones
especializadas y aplicarlas al diseño de propuestas innovadoras.
·
Producir obras teatrales y materiales didácticos destinados
al uso en el aula.
·
Resignificar el lugar del teatro en la educación general.
·
Diseñar proyectos de dirección, ejecución y evaluación
en ámbitos de educación formal y no formal.
·
Desarrollar proyectos de propuestas curriculares para
el ámbito de la educación formal y no formal.
·
Aplicar medios tecnológicos contemporáneos a la concreción de
proyectos artísticos.
·
Contribuir al conocimiento, valoración estética y
preservación de obras del patrimonio nacional y universal.
·
Reflexionar sobre los fenómenos sociales que inciden en las
manifestaciones teatrales de cada época.
·
Desarrollar proyectos de sensibilización hacia las
manifestaciones teatrales del medio.
·
Sustentar valores éticos permanentes que permitan asumir
roles en defensa de derechos y obligaciones profesionales, de los alumnos y de
la institución.
tal como está expuesto en el plan de estudios; pero creo que
la experiencia de estos 5 (cinco) años de vida nos están abriendo las puertas a
la reflexión para generar algunos puentes más directos entre el creador artista
teatral y el docente en el área del teatro.
Más allá que lo que antes dicho sea
en cierto modo una conclusión y tomando la
pregunta que da título a este trabajo El Profesorado de teatro de Gualeguaychú, ¿formador de docentes o
formador de actores-directores-docentes? quiero
manifestar que la elaboración del mismo me dejó muchas más
preguntas que la primera a la hora de pensar las tensiones entre la entre la
formación pedagógica y la formación disciplinar en arte, nunca lo encaré desde
la idea de encontrar respuestas pero si desde el deseo de contar una
experiencia en la que identifico esas tensiones en la tarea cotidiana. Se me
abrieron nuevas inquietudes para compartir con compañeros docentes y alumnos; y
así poder rever algunos puntos concretos que se desprenden de estas reflexiones.
En definitiva creo que todo lo expuesto
me confirma una vez más que el arte siempre será aquello que nos hace mirar
hacia nosotros mismos con actitud crítica y constructiva; alimentándonos,
generando espacios de intercambio y crecimiento a partir de la duda.
En todo caso tanto docente en arte
como artista están traspasados por un mismo ideal: la búsqueda de la libertad.
Lic.
Andrea Juliá
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